He engullido un estupendo trago de veneno. -¡Sea tres veces
bendito el consejo que me ha llegado!- Las entrañas me arden
La violencia del veneno retuerce mis miembros, me vuelve deforme,
me abate. Muero de sed, me ahogo, no puedo gritar. ¡Es el
infierno, el castigo eterno! ¡Ved cómo el fuego vuelve a levantarse!Ardo como es debido.
¡Vamos demonio!
(fragmento del poema de Rimbaud)
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Saborearon el placer