De mirarte tanto y tanto,
de horizonte a la arena,
despacio,
del caracol al celaje,
brillo a brillo, pasmo a pasmo,
te he dado nombre; los ojos
te lo encontraron, mirándote.
Por las noches,
soñando que te miraba,
al abrigo de los párpados
maduró, sin yo saberlo,
este nombre tan redondo
que hoy me descendió a los labios.
Y lo dicen asombrados
de lo tarde que lo dicen.
¡Si era fatal el llamártelo!
¡Si antes de la voz, ya estaba
en el silencio tan claro!
¡Si tú has sido para mí,
desde el día
que mis ojos te estrenaron,
el contemplado, el constante
Contemplado!
Pedro Salinas
un poema que no conocia, pero que me llego al alma...y la preciosa imagen muy bien ecogida..
ResponderEliminargozo con tus blogs..mi niña poeta...
¡Mi padre adoraba a Pedro Salinas! ¡No sé si le hubiera gustado este tipo de blogs,ja,ja,ja, pero siempre fue un hombre objetivo, y no hubiera negado lo que yo defenderé: su exquisitez!
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ResponderEliminarQUE BONITO,Y LA FOTO MOLA TAMBIEN
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